En rockfor, Illinois, unos adolescentes entran en un asilo abandonado donde, según la leyenda, se encuentran los espíritus de los antiguos pacientes. La policía, los encuentra y los desaloja, pero algo raro ocurre y uno de los policías parece poseído. Llega a casa y asesina a su mujer para luego suicidarse.
Mientras tanto, Sam y Dean siguen buscando a John, llamando a todos sus socios y amigos sin suerte. Pero un día, Dean recibe un mensaje de texto que cree que viene de John. En él le da las coordenadas de Rockford, y al leer la historia del policía, busca información sobre el asilo en el Diaro de John.
Por lo que lee, Dean está seguro de que John ha enviado las coordinadas para que Sam y Dean investiguen lo que ha ocurrido. Sam no está de acuerdo, piensa que deben seguir buscando a su padre, pero Dean quiere acatar las órdenes de John, así que viajan a Rockford en busca de respuestas.
Cuando llegan al pueblo, los chicos hablan con el compañero del policía, que les dice que era un buen policía y buen marido, pero que después de la visita al asilo se volvió violento. Los chicos, exploran el edificio. En el Diario de John han podido leer que ha habido muertes en ese lugar y que hay evidencias de que hubo prácticas médicas poco adecuadas.
Sam trata de convencer a Dean para dejar el caso y buscar a John pero Dean no quiere.
Los hermanos encuentran al hijo del ex jefe de personal del manicomio, el Dr. Ellicott, y Sam le pregunta sobre el ala sur durante una sesión de terapia falsa.
Sam le dice a Dean que el ala sur albergó a los pacientes más peligrosos, y que hubo una revuelta en la década de 1960 durante la cual murieron muchas personas, incluido el Dr. Ellicott, y que varios cuerpos quedaron sin recuperar, lo que significa que el edificio probablemente esté lleno de espíritus vengativos que solo podrán ser destruidos si encuentran los cuerpos y los queman.
Mientras tanto, dos adolescentes más, Gavin y Kat, entran al asilo por diversión, y Gavin besa a una figura que se torna macabra y lo aterroriza.
Sam y Dean llegan y obtienen lecturas salvajes en su lector EMF, y también se enfrentan rápidamente a un espíritu.
Dean le dispara rápidamente con sal de roca, pero Sam cree que el fantasma no intentó lastimarlo y claramente quiere algo más. Encuentran a Kat y Gavin, quienes les cuentan sus encuentros, y Gavin dice que su fantasma trató de susurrarle algo al oído. Mientras se mueven por el edificio, Kat es repentinamente agarrada por un espíritu y forzada a entrar a una celda cerrada. Dean intenta frenéticamente liberarla, pero Sam la alienta a escuchar al fantasma y escuchar lo que quiere. Kat logra calmarse lo suficiente como para escuchar su susurro, y cuando la liberan, ella les dice que le ha susurrado un número y creen que podría ser una de las habitaciones del manicomio.
Con la ayuda de Sam, Gavin y Kat intentan escapar, pero se dan cuenta de que están atrapados por otra fuerza que no son los pacientes y que no quiere que se vayan.
En la habitación 137 Dean encuentra el viejo diario del Doctor Ellicott en el que aparecen las prácticas médicas a las que sometía a los pacientes. Sam recibe una llamada de teléfono de Dean para que vaya al sotano, y deja a Kat y Gavin con un arma de sal para que se protejan.
Cuando llega a encontrase con Dean, lo atrapa un espíritu que le dice que lo va a hacer sentirse mejor.
Dean se reune con Kat y Gavin y les dice que élno ha llamado a Sam y corre al sótano cuando se da cuenta de que Sam puede haber sido atacado por un espírito. Cuano lo encuentra, Sam parece encontrase bien, y le explica que el Dr. Ellicott hizo experimentos con los pacientes, pero lo que provocó es que se volvieran más violentos. Piensa que el doctor sigue haciendo lo mismo con los espíritus y con la gente que entra al asilo, tal como le pasó al policía.
De repente, Sam apunta con su arma a Dean, y éste se da cuenta de que está afectado por el fantasma.
Sam dispara a Dean con sal de roca y lo critica por su obediencia ciega a las órdenes de John, y Dean le entrega su pistola y lo reta a dispararle de verdad. El arma está vacía, sin embargo, y Dean consigue dominarlo.
Continúa buscando y encuentra el cadáver del Dr. Ellicott y se prepara para incendiarlo. El espíritu lo ataca, pero logra alcanzar su encendedor y quema el cuerpo, haciendo que el fantasma desaparezca.
Cuando salen del manicomio, Sam se disculpa por lo que dijo mientras estaba bajo la influencia del médico, diciendo que no podía controlarse y no lo decía en serio. Dean se encoge de hombros y regresan a su motel. A la mañana siguiente, el teléfono de Dean vuelve a sonar y Sam responde....es John.
